Desde estas líneas quiero hacer una reflexión para los que visitáis esta página, como coordinadora de voluntariado sobre lo que ha supuesto la ayuda de estos jóvenes voluntarios del Instituto, para la Obra Social “Ascensión Sánchez”.
Su ayuda va dirigida a mayores, abuelos jubilados del Club “Juan XXIII” ubicado en la misma Obra Social, enseñándoles a manejar los ordenadores y las nuevas tecnologías.
Su colaboración es un auténtico ejemplo de amor, de respeto, de sabiduría, de humildad, de “buen rollito” como dice la gente joven, de madurez y de alegría.
1.- De amor, porque si no existe ese ingrediente de amor al prójimo, no nos apuntaríamos a enseñar a personas mayores que no han tenido la oportunidad de aprender las nuevas tecnologías.
2.- De respeto a los mayores, casi todos abuelos y jubilados que quieren seguir el ritmo de los cambios de la vida sin tener algunos recursos para ello y sin conformarse de formar parte del grupo de analfabetos del siglo XXI, al no manejarse con los nuevos medios y métodos de comunicación y de aprendizaje. No me refiero a falta de recursos económicos, sino sobre todo a recursos humanos, al poder disponer de un profesor casi particular para que les enseñe cada día en su clase con la alegría y la energía de la juventud.
3.- De sabiduría, porque los jóvenes que van, saben mucho de verdad de informática y el profesor que les dirige, también voluntario, fue a su vez su profesor antes de jubilarse. Estas son las casualidades que demuestran que en esta vida nada ocurre porque sí.
4.- De humildad para nuestros mayores, pues están viviendo que se puede aprender de todo el mundo, incluso de jóvenes que podrían ser sus nietos y que se manejan de maravilla en temas que ellos jamás han conocido en su vida y en su juventud.
5.- De “buen rollito”, porque todos lo pasan fenomenal en las clases y disfrutan de ver la impresionante labor que están haciendo y todo lo que aprenden cada día.
6.- De madurez y ejemplo a seguir para otros jóvenes, pues si siendo aún menores de edad son capaces de hacer tanto bien a personas mayores de la comunidad, que ni conocen, quien sabe lo que serán capaces de hacer a lo largo de toda su vida, representando modelos a seguir en un mundo en el que hay una importante falta de valores en todos los sentidos.
7.- De alegría, porque os aseguro que cada vez que nos juntamos la coordinadora del punto de voluntariado del Ayuntamiento, el profesor director del taller y los que formamos parte de la Obra Social, sentimos una profunda alegría de ver todo el bien que se está haciendo tanto a los que reciben las clases como a los que las dan.
Cuando estos jóvenes profesores voluntarios, tenga la edad de sus alumnos, posiblemente en el libro de su vida, estos capítulos dedicados al voluntariado, serán una de las páginas más brillantes del libro de sus vidas que contarán a sus nietos como ejemplo a seguir.
Solo quiero dar las gracias en nombre de esta Obra Social y en nombre de los mayores a todos los que formáis parte de este proyecto para que salga adelante y animaros para que no os canséis de ayudar y de hacer el bien, pues nosotros si que estamos haciendo algo para hacer el mundo un poquito mejor con nuestra colaboración.
GRACIAS POR VUESTRA SOLIDARIDAD Y POR VUESTRA AYUDA. Seguro que colaboraremos en más proyectos.
Un entrañable saludo para los jóvenes y docentes del Instituto. Coordinación de voluntariado.
Autora: Eli Moya Maganto (Coordinadora de Voluntariado de Obra Social Ascensión Sánchez)