jueves, 12 de enero de 2012

Evaluación de la experiencia de APS

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El trabajo que hice como voluntaria en Ascensión Sánchez consistía básicamente en dar clases de informática y ser de apoyo en éstas. Los ancianos nos preguntaba dudas y nosotros contestábamos y les enseñábamos de una forma fácil como resolverlas. Contábamos con un profesor que a veces nos ayudaba o había días que sólo estábamos nosotros y teníamos que enseñarles cosas nuevas.


Lo que he aprendido sobre mi prestación como voluntaria fue que todos podemos aprender de todos. A la vez que nosotros enseñábamos a manipular el ordenador, ellos nos contaban anécdotas y nos recibían cálidamente. En una ocasión nos quedamos a festejar con ellos, y nos lo pasamos muy bien, no nos sentíamos excluidos y esperaban por nosotros para iniciar la clase. También les enseñamos a estar más cerca de sus familiares, pues dimos una lección sobre cómo usar el facebook y el whatsapp y estaban encantados porque así se podían comunicar de una forma más fácil con sus familiares.

Estoy muy satisfecha con haber sido voluntaria por unas semanas, creo que si tuviera que poner una nota a mi nivel de satisfacción sería un 8 porque yo di lo mejor de mí,  enseñé lo que sabía e intenté hacerles más fácil y accesible el uso del ordenador. A veces iba con desgana, pues a las 7 es muy tarde y modificaba mi siesta, pero cuando llegaba ahí el tiempo se me pasaba muy rápido porque hacían muchas preguntas y te olvidabas de mirar el reloj al contestarlas todas.

Creo que lo que se podría mejorar son los ordenadores, aunque funcionen bien se podría instalar nuevas versiones para así los voluntarios estar más acostumbrados; como el Windows 7. También se podría hacer que más personas mayores colaborasen en estas clases. De parte de los alumnos creo que se podría mejorar la asistencia, ya que algún día que otro hemos faltado. Por parte del centro, creo que se podría mejorar y cambiar estas clases de informática en diferentes centros, no siempre en el mismo, así se varía un poco y se benefician varias instituciones.

Gracias al voluntariado, aprendí y aprendimos todos a ofrecer nuestra ayuda a otras personas de una manera desinteresada y a entrar en contacto con personas de diferente edad, para así ver el mundo desde otras perspectivas. Al final creo que todos hemos aprendido una buena lección y sinceramente me gustaría volver a repetir ya sea en otra institución diferente o en la misma.
Cristina Potirniche, alumna de 1º BA 


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